Después de un par de días en Palermo el plan era visitar Agrigento y sus templos de camino a Taormina, dando una buena vuelta por la isla. Como no había manera de hacer el recorrido en tren, decidimos alquilar un transporte privado que, aunque no era barato, nos solucionó la papeleta y que además nos acercó a esta maravilla que es la Villa del Casale.
De este modo hicimos un recorrido por algunas carreteras comarcales y embarradas hasta llegar a Piazza Armerina y disfrutar de este lugar.
A pesar de ser una enamorada del arte, debo decir que me cuesta "ver" en los restos arqueológicos aquello que estaba antes allí. Me supone un esfuerzo que suele ser recompensado pero que a veces me desanima ante ciertas visitas.
Con la Villa esto no sucedió, ya que el trabajo arqueológico que se está desarrollando para sacarla a la luz desde 1950 y que se puede contemplar en la visita es favorecido y respetado por el visitante que transita por encima, entre pasarelas y andamios situados para contemplar sin entorpecer y sin dañar.
Exterior de la Villa con las zonas de trabajo marcadas y las cubiertas de cristal sobre el edificio. |
Cuando se llega, la Villa decepciona ya que el exterior está formado por un entramado de metal para los andamios, zonas prohibidas al visitante y una cubierta de cristal para proteger los descubrimientos.
La sorpresa viene cuando, ya en el interior, uno empieza a recorrer las estancias de esta enorme villa de recreo. Cabe destacar que los restos han llegado en estupendas condiciones, ya que fueron cubiertos por un estrato de limo a resultas de una inundación ocurrida en el siglo XII.
Para entender porqué esta villa tiene una riqueza tan grande hay que conocer algo sobre su historia.
Aunque no se conoce a ciencia cierta quién vivía y quién fue el dueño de la villa, se cree que pudo ser el gobernador romano Maximiano o algún senador de la aristocracia romana. Otras hipótesis apuntan a que pudo ser un pabellón de caza propiedad de algún rico comerciante.
En el siglo XII un corrimiento de tierra cubrió la villa y durante siglos estuvo enterrada bajo una capa de lodo. No fue descubierta hasta mediados del siglo XX. Fue precisamente la capa de barro la que mantuvo los mosaicos en el increíble estado de conservación que tienen.
En 1997 la Unesco decidió incluir la villa romana del Casale en su lista de Patrimonio de la humanidad, reconocimiento completamente merecido porque la villa es espectacular.
Exterior de villa romana del Casale
Detalle de un mosaico
La casa es muy grande, no te puedes hacer una idea de esto hasta que no vas recorriendo las estancias. Está claro que el dueño de esta villa era muy adinerado porque una casa así no la podía tener cualquiera.
Nada más pasar la taquilla, nos dirigimos de frente hasta al entrada de la casa, la que fue la puerta principal de acceso. Allí aún se conservan las entradas delimitadas por columnas que daban acceso a un patio.
Desde el patio exterior hay dos caminos a seguir. Lo mejor es dirigirse hacia la izquierda, a la antigua zona de baños y termas.
En los baños (nº59 en el plano), al igual que en el resto de la casa, los suelos están decorados con hermosos mosaicos. En esta zona también se puede observar cómo se conseguía el ambiente caliente en los baños, mediante unos conductos bajo el suelo por los que pasaba aire caliente.
Al salir de las termas, nos dirigimos de nuevo al patio para entrar en las dependencias principales de la villa.
Termas de villa Casale
Al traspasar la puerta vemos un vestíbulo que da paso a un gran patio porticado (8). Desde aquí la visita se hace a través de multitud de pasarelas metálicas que recorren toda la villa. De esta manera los visitantes pueden recorrer la casa y ver desde las alturas los mosaicos sin producir ningún daño en ellos. En el centro del patio hay una fuente monumental que daba la bienvenida a los invitados.
El patio daba acceso a los salones y habitaciones de uso público (12-28). Posiblemente eran usados para las grandiosas fiestas que se celebraban en una villa de este tipo. Alrededor de este patio había pasillos que comunicaban este área pública con la zona privada destinada a los dueños de la casa.
Este interesante yacimiento arqueológico se halla a 6,7 km al suroeste de Piazza Armerina, una ciudad de aproximadamente 21.000 habitantes que se encuentra situada en la provincia de Enna, territorio que ocupa el centro de la isla de Sicilia (Italia). Para llegar hasta la Villa Romana hemos de tomar una sinuosa carretera provincial, la SP-15, en dirección a Barrafranca, según nos vamos acercando al destino encontraremos las indicaciones oportunas que nos llevan hasta este impresionante yacimiento arqueológico.