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Adéntrate en la historia del arte con la descripción del icónico mosaico de Teodora.

Mosaicos de Justiniano y Teodora

ResumirContexto

Los mosaicos de Justiniano y Teodora son dos mosaicos de autor anónimo del siglo VI pertenecientes a la Primera Edad de Oro del Arte Bizantino. Están ubicados cada uno en un lado del presbiterio cerca del ábside donde se representaba el tema más importante: el Cristo Todopoderoso sentado sobre el mundo de la Iglesia de San Vital, en la ciudad de Rávena, en la región de la Emilia-Romaña, al noreste de Italia. [ 6 ] Allí, los mosaicos están en una posición privilegiada, justo en frente de una escena bíblica que representa la Epifanía de Cristo. [ 7 ]

Esta iglesia es considerada como uno de los templos más importantes del arte bizantino y, como otros de la misma ciudad, se reformó sobre anteriores construcciones. Esas reformas fueron promovidas por el emperador Justiniano, aunque las mismas no fueron finalizadas hasta el año 547, bajo la dominación bizantina de Maximiano. [ 8 ]

Los mosaicos están fabricados mediante 322.560 teselas de las cuales muchas eran de oro y dispuestos de una forma que consiguen reflejar la luz natural, creando un ambiente abstracto que evoca lo divino. [ 7 ] Estilísticamente, los mosaicos de la bóveda recuerdan mucho a la tradición clásica a causa de la vivacidad de sus colores, a la representación de cierto sentido de la perspectiva y el naturalismo de las formas, incluso de los paisajes. De hecho, esta parte fue terminada antes de la llegada de los bizantinos, cuando Rávena estaba aún bajo el control de los ostrogodos.

En el intradós del arco triunfal se desgrana un rosario de medallones, con Cristo en la clave, seguido de los doce apóstoles y los santos Gervasio y Protasio, hijos de San Vital de Milán. En el cascarón de la bóveda hay una teofanía que podría ser un precedente del típico Pantocrátor medieval, se data en el año 525 y también destaca su profusa decoración vegetal en la que se enmarañan numerosas flores, pájaros, y cuernos de la abundancia, todo rodeando a un Cristo de aspecto helenístico (joven, imberbe, rubio…), sentado sobre el globo terráqueo, con la mano derecha ofrece la corona del martirio a San Vital, y, con la izquierda recibe la maqueta del templo del arzobispo Ecclesio.

Más abajo, varias escenas del Antiguo Testamento: la visión de Mambré de Abraham con una posible representación de la Trinidad, el sacrificio de Isaac, las ofrendas de Abraham y de Melquisedec, muy similares a otros mosaicos que encontramos en la basílica paleocristiana de Santa María la Mayor (Roma). A ambos lados de las paredes aparecen representados los emperadores Justiniano y Teodora con sus respectivos séquitos.

El mosaico de San Vitale

El mundo bizantino estaba lleno de arte, color y riqueza bajo Justiniano y Teodora, y en ninguna parte esto es más evidente que en una iglesia remota en los límites del Imperio Bizantino. Conocida como San Vitale , esta iglesia del siglo VI en Ravenna, Italia, estaba decorada con elaborados mosaicos de azulejos, una de las formas de arte más prominentes de los bizantinos. En una serie de mosaicos alrededor del ábside principal de la iglesia, Justiniano aparece como el líder de una procesional religiosa importante. Su lugar de honor en esta procesión, el objeto que sostiene (un cuenco para el pan de la Eucaristía), su túnica púrpura y su halo indican sus roles como patrón de la iglesia, líder de la fe y progenitor de un rico. y próspero imperio, un motivo reforzado por el no tan sutil fondo de azulejos dorados.


Mosaico de Justiniano en San Vitale

Directamente enfrente de este mosaico hay otro, y adivinen quién está en él: Theodora, representada exactamente de la misma manera. Con túnicas de color púrpura, con los símbolos de la iglesia y rodeada por un halo divino, Theodora aparece como el igual de Justiniano en poder, influencia y divinidad. Así veía la gente del siglo VI a Justiniano y Teodora. Eran poderosos, regios, sabios y responsables de la riqueza de Bizancio juntos, como iguales en la práctica.


Mosaico de Theodora en San Vitale

Emperatriz Teodora

Teodora reinó como emperatriz del Imperio bizantino junto con su marido, el emperador Justiniano I, desde el 527 hasta su muerte en el 548. Con un pasado humilde y superando los prejuicios de la mala reputación de su carrera anterior como actriz, Teodora se casaría con Justiniano (r. 527-565) en el 525 y gobernarían juntos en una época dorada de la historia bizantina. Descrita por los escritores contemporáneos como intrigante, sin escrúpulos e inmoral, la emperatriz, sin embargo, también fue considerada un apoyo valioso para el emperador, y su implicación directa en los asuntos de estado hizo de ella una de las mujeres más poderosas nunca vistas en Bizancio.

Primeros años

Teodora nació en ca. 497, hija de un cuidador de osos llamado Acacio que trabajaba para el Hipódromo de Constantinopla. El historiador bizantino del siglo VI Procopio de Cesarea explica, en su Historia Secreta (Anekdota) que Teodora se ganaba la vida, igual que su madre anteriormente, como actriz, lo que significaba actuar en el Hipódromo como acróbata, bailarina o artista de estriptis. Se decía que Teodora hacía una representación especialmente escabrosa con gansos. Eso implicaba que era también una prostituta, teniendo en cuenta la implicación común de ambas profesiones. Si hemos de creer a Procopio, era especialmente popular y lujuriosa en eso.

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La Historia secreta de Procopio es, sin embargo, vista por muchos como un chisme injurioso, con algunos hechos reales incluidos para darle autenticidad. La actitud del autor para con Justiniano y Teodora se resume en que fueron lo peor que podía pasarle al Imperio bizantino (en contraste con los trabajos oficiales que escribió, bajo patrocinio de Justiniano, con alabanzas a los logros del emperador, especialmente en la guerra y en la arquitectura). Procopio muestra la misma actitud con Antonina, esposa de Belisario (el general más brillante de Justiniano) a quien retrata conspirando continuamente con Teodora para provocar dañinas intrigas palaciegas. También quizás es importante tener en cuenta que todo nuestro conocimiento de Teodora procede de autores masculinos y que cualquier mujer que desempeñara un papel distinto de la tradicional sumisión en la sociedad bizantina estaba condenada a ser, en el mejor de los casos, desaprobada y, en el peor, directamente demonizada.

Bibliografía

  • Bagnall, R.S. The Encyclopedia of Ancient History. Wiley-Blackwell, 2012
  • Brownworth, L. Lost to the West. Broadway Books, 2010.
  • Gregory, T.E. A History of Byzantium. Wiley-Blackwell, 2010.
  • Herrin, J. Byzantium. Princeton University Press, 2009.
  • Hornblower, S. The Oxford Classical Dictionary. Oxford University Press, 2012.
  • Mango, C. The Oxford History of Byzantium. Oxford University Press, 2002.
  • Norwich, J.J. A Short History of Byzantium. Vintage, 1998.
  • Rosser, J. H. Historical Dictionary of Byzantium. Scarecrow Press, 2001.
  • Shepard, J. The Cambridge History of the Byzantine Empire c.500-1492. Cambridge University Press, 2009.

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